El derrame de crudo en el Golfo de México en abril dejó una estela de residuos tóxicos a un kilómetro de profundidad.
Así lo afirma un estudio del Instituto Oceanográfico Woods Hole, de Massachussetts, Estados Unidos, publicado en la revista Science.
Y la gran preocupación es que la degradación natural del petróleo por la acción de los microbios es más lenta de lo esperado.
Vea el posible impacto de los residos tóxicos a gran profundidad en este video de BBC Mundo.
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